VILLA RICA

Villa Rica describe y/o narra temas de interés general.

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Nombre: Enrique Castro

Nacido en la ciudad de Veracruz, Mex. Ha impartido la materia de fotografía y cuenta con varias exposiciones y publicaciones en su currículum. Además de, tener un gusto especial por escribir.

viernes, noviembre 26, 2004

TLACOTALPAN, DIA DE LA CANDELARIA

Creo que ya está todo, haber… la mochila ¡ok!, la cámara ¡ok!, los rollos ¡ok!, qué más… ¡ah! los boletos ¡perfecto! Salí corriendo de la casa mientras me despedía en pleno vuelo con un ¡ahí nos vemos que me deja el camión!

El autobús salía a las 06:45 de la mañana y en verdad que da coraje cuando anuncian la salida porque sólo se escucha un grotesco, grave e inentendible anuncio de éste. Así que, como todo un hombre lleno de confianza en sí mismo y decidido a todo, entré al área de andenes a buscar el autobús. Pregunté aquí, pregunté allá, corrí de un lado a otro, ¡por fin! alcancé a ver a medio patio de maniobras un letrerito que decía “TLACOTALPAN”. ¡Hey, oiga, señor!, gracias a mis gritos o a mi manoteo desesperado, paró y presto me dirigí a ocupar mi asiento. Por fin, ya estaba ahí, comenzando el viaje.

Partimos de Veracruz hacia el sur con rumbo a Los Tuxtlas, entramos a la autopista Córdoba-Veracruz desviándonos más adelante a la lateral a Paso del Toro. Pasando el puerto de Alvarado tomamos una desviación a la derecha en la carretera núm. 175 que nos llevó a la pintoresca ciudad de Tlacotalpan, ubicada en la ribera del río Papaloapan. Mejor conocida como la “Perla del Papaloapan” y la “Atenas del Papaloapan”, además que la UNESCO le otorgó la designación en 1998 de “Patrimonio Cultural de la Humanidad”.

Lo primero que sucede cuando se llega a Tlacotalpan es como un viaje a través del tiempo, pues conserva un estilo propio en su arquitectura, con portales y fachadas coloreadas en tonos pastel y techos de teja de dos aguas, resultado de una sólida conciencia de identidad. La ebanistería es un oficio que se domina con la excelencia que ha dado su práctica durante varios siglos y que comprobé en el interior de todas las casas en las que fisgoneé. En el corazón de la ciudad sobresalen dos templos principales: las iglesias de La Candelaria y de San Cristóbal, el Palacio Municipal y su quiosco central del Parque Zaragoza o Zócalo que luce de manera extraordinaria enormes palmeras y bien cuidados jardines.

Cuando caminas por las calles de Tlacotalpan, bajas la mirada y ves tu pié apoyándose en el suelo e imaginas que este mismo suelo recorrió Agustín Lara, a esta misma tierra amó y le cantó el “Flaco de Oro”, pero cuando conoces las farolas de la plazuela dedicada a él te sientes estar en sus zapatos el mismo momento en que veía la escena y pensaba una nueva canción, incluso te asomas por encima de su hombro derecho cuando él describía la escena sobre un papel “farolito que alumbras apenas mi calle desierta…”.

Tlacotalpan es en general, una ciudad en extremo tranquila. Pero no hoy 31 de enero, fecha que da comienzo a la fiesta de la Virgen de la Candelaria con una desbordante y continua pachanga popular. Las fiestas comienzan con una fastuosa cabalgata, en donde participan personalidades nativas de esta ciudad ataviadas con la tradicional vestimenta jarocha. Cuando llega la luz suave de los atardeceres que pintan de naranja las aguas del Papaloapan, da inicio el encuentro de Jaraneros con participantes de todo el estado de Veracruz. Evento que este año celebra el 25 aniversario de realizarce en esta fiesta y que reúne a turistas nacionales y extranjeros en la Plaza Doña Martha para bailar de manera sutil, fina, con gracia o de manera grotesca a ritmo del fandango, a fin de cuentas todos se divierten por igual.

El fandango jarocho lo tocan y lo bailan los grupos de soneros y bailadores que poco a poco van entrando en un éxtasis que suele durar toda la noche y madrugada, es verdaderamente increíble el aguante que tiene la gente para estar en constante moviendo y con descargas importantes de energía por tanto tiempo.
Bueno pues, junto con ellos llegué al primer día de febrero, y poco a poco comienza a llegar tanta gente como para ser difícil el acceso libre por las calles de Tlacotalpan. El motivo… los toros, hoy es la tan tradicional suelta de toros o especie de Pamplonada y creo que vienen por las dosis de adrenalina gratuitas. Creo que para este día el horóscopo de todos dice que el color para hoy es el rojo pues el 90 por ciento de los asistentes portan playeras rojas con leyendas alusivas a los toros.
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© Enrique Castro
Todo empieza con el embalse en el río, es decir, que desde la orilla opuesta de la ciudad comienzan a cruzar a nado 4 toros, al parecer de la raza brahman, atados a las lanchas por sus cornamentas, acompañados uno a uno por infinidad de gentes que viajan en canoas, piraguas y cayucos; sépase que desde aquí dan inicio las descargas de adrenalina. Una vez que llega el toro a nuestra orilla lo desatan y pues… ¡burro el último!. El animal sale en estampida frenética llevándose, antes que a cualquiera a los borrachitos y los graciosos que en lugar de despertar la admiración de las damas presentes les provoca carcajadas. El recorrido de los toros los lleva al azar a diversos sitios de la ciudad, puede ser desde el mero zócalo hasta el interior de un restaurante, como sucedió el año pasado. Ahora que, me van a permitir recomendarles una gran forma de desestresarse, vénganse a Tlacotalpan el próximo año, que es verdaderamente emocionante la sana carrerita que te hechas con el toro y donde el grito de “ahí viene el toro” puede llegar a causarte tantas sensaciones conocidas o desconocidas.
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© Enrique Castro

Al final son encerrados en una especie de rodeo donde los estados alterados se apoderaban de los valientes y pone en desigual contienda al hombre contra la bestia. Esta parte del maltrato a los toros no fue de mi gusto personal.

Al término de esa jornada, el son y el fandango vuelven a dar esa chispa que enciende la alegría y el buen humor en la calle, pues la fiesta se vive principalmente en ésta. Y como lo imaginarán vuelvo a llegar al día siguiente con mis cuates los soneros y bailadores, para eso ya estamos en el 2° día de febrero.

Este día es más tranquilo, se le llevan mañanitas a la Virgen de la Candelaria, se le pasea por la ciudad para que la bendiga y por el río para que calme su bravura. Es una procesión muy bonita donde participan visitantes y nativos portando estandartes y llevando a la Virgen en hombros con paso firme y grave, acompañándola siempre un renovado fervor, los rezos y el sonido de los cohetes.

Nuevamente, llegado el atardecer revive el fandango hasta la madrugada, pero una vez que callan las jaranas al día siguiente, se despiden hasta que vuelvan a compartir sus sonidos el próximo año. Sonidos que callan como los cantos a la Virgen de la Candelaria o los gritos de la gente cuando escuchan el ¡ahí viene el toro!.

Ya sin otra cosa que hacer me dispuse a tomar mi autobús de regreso, esta vez con sobrada anticipación y entre un océano de gente que busca su escaso espacio en los autobuses para poder regresar a sus lugares de origen. La travesía fue lenta en la carretera debido a que la vialidad, de sur a norte, va a paso lento y en fila india por la gran cantidad de vehículos que salen de Tlacotalpan.

En resumidas cuentas, Tlacotalpan es un lugar que amerita ser visitado tanto en su bulliciosa fiesta como en la quietud de una población tan majestuosamente identificada con su cultura.

viernes, noviembre 19, 2004

UNA VISITA AL ACUARIO DE VERACRUZ

Son las 9:55 de la mañana y no tardan en abrir la entrada principal del Acuario de Veracruz, venimos a conocer más sobre la vida marina a petición insistente, reiterada y progresiva de los peques.

Después de conseguir nuestros boletos entramos al vestíbulo e inmediatamente nos topamos con una pantalla gigante donde reproducen escenas cotidianas de las actividades del acuario…, -Hola buenos días, mi nombre es Erika (nos aborda un chica) en un momento entrarán a la primera sección del Acuario de Veracruz que les da la bienvenida y espera que disfruten de esta gran aventura.

-A esta sección se le conoce como “La Selva de Los Tuxtlas” y se trata de una representación de la selva tropical del Sur de Veracruz; comenta Erika.
–¡Pero esto es igualito porque hasta calor hace aquí!, sólo faltan los mosquitos; comenté en voz baja.
-En esta sección se encuentran aves exóticas volando en un ambiente recreado con cascadas y arroyos que albergan tortugas de agua dulce y otros reptiles; dijo la guía lanzándome una mirada de ¡me dejas terminar!.

Cuando salimos del calor de la selva, llegamos a la galería 1 ó “Peces de Agua Dulce”, simula una cueva con murciélagos volando sobre nuestra cabeza y 9 peceras en las que se encuentran diversas especies de peces de agua dulce originarios de los Ríos del Amazonas, Asia, África y México. Dentro de estas peceras se ven pirañas, tambaquíes, navajas, peces oscar y nutrias de río, entre otros.

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Para llegar a la Galería 2 ó “Pecera Oceánica” pasamos por un túnel panorámico en acrílico de donde se escuchó el ¡Guaauu! de los niños y el ¡Óoorale! de los grandes y no es para menos ya que ves pasar sobre tu cabeza tiburones gata, tortugas carey, sábalos, meros, barracudas, cobias y rayas. Su forma anillada de esta pecera la hace única en su tipo. En sus 13 ventanales y sus 1,250 m3 ó 1’250,000 lts. de agua salada se puede apreciar el desplazamiento libre y continuo de la vida marina proveniente del Golfo de México. Aquí se puede capturar increíbles instantáneas fotográficas.

-Pasemos a la siguiente sala; dijo Erika. -seguiremos el recorrido en la galería 3 donde se encuentran los “Peces de Arrecife” aquí podemos observar 15 peceras que contienen animales de los arrecifes Veracruzanos y del Caribe, así como, de los Océanos Pacífico, Indico y Mar Rojo, encontrando una fascinante variedad de formas y colores donde destacan los peces mariposas, ángel, ballestas, morenas, pargos y los impresionantes caballitos de mar.

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La delgada y blanca mano de nuestra guapa guía se extendía a la siguiente sala en una invitación no negociable… -están por entrar en la primera de las nuevas atracciones “El Tiburonario”, el área de mayor atracción en estos momentos. En ésta podrán admirar varias de las especies que se consideran peligrosas para el hombre… los tiburones. Esta pecera cuenta con más de 900 m3 de agua salada y alberga a especies como el tiburón gata, aleta de cartón, puntas negras y tintoreras. Que por su peligrosidad, se mantienen separadas de otras especies de menor tamaño.

Esta pecera cuenta con un túnel de acceso y un acrílico principal de 12 cms. de grosor. Su diseño está basado en las exigencias de las especies que habitan en él, haciendo que los animales se encuentren en mejores condiciones.

Para cuando el grupo entró en la “Zona Interactiva” los niños prácticamente desaparecieron de nuestro lado y sólo vimos la sombra pasar con dirección a los más de 20 juegos interactivos, en donde se tiene la oportunidad de poner a prueba los conocimientos y de esta manera aprender más acerca del mundo acuático. También se encuentra el “super mar”, donde se ven los productos que comúnmente utilizas y te sorprenderás que muchos de éstos contiene materias primas provenientes del mar. Igualmente verás la “mesa de tocar”, donde se puede examinar conchas, huesos y otros artículos.

En el “video-Acuario” se disfrutan de películas que enseñan más de la vida marina por su contenido, gran valor cultural y didáctico.

La segunda de las nuevas atracciones es el “Manatiario”, lo constituye un estanque en donde verás a unos mamíferos acuáticos muy peculiares, los manatíes. Esta pecera tiene una capacidad de más de 370 m3 y un anexo de 40 m3 para cuarentena ubicada fuera de las áreas comunes. Debido a las características y exigencias de los animales puede llenarse con agua dulce, salada o salobre.

Cuenta con dos vistas, en el primer acrílico se les puede ver nadando plácidamente en el fondo, en el segundo los verás descansando o bien tomando sus alimentos en la superficie.

Ya en un área externa, nos explican que el nuevo “Estanque de Contacto” es para saciar la curiosidad al tocar y sentir las texturas de animales vivos, principalmente invertebrados como erizos, estrellas de mar, galletas de mar y caracoles entre otros.

Antes de finalizar esta increíble aventura le preguntamos a nuestra amiga Erika algunos antecedentes del Acuario de Veracruz y nos comenta que hace más de una década el Gobierno del Estado comenzó a darle a Veracruz gran promoción turística, incluido el proyecto de un nuevo acuario más acorde a las exigencias actuales. Así que, con inversión del Gobierno Estatal y el manejo de un fideicomiso se inauguró oficialmente el Acuario de Veracruz el 13 de noviembre de 1992. Cuenta con un tamaño total de 4742.96 m2 que lo hace el acuario más grande de Latinoamérica.

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© Enrique Castro

Este acuario está formado por un grupo de biólogos, ingenieros, técnicos en acuacultura, veterinarios y buzos que realizan las complejas labores de mantenimiento, alimentación y cuidados de las especies que se exhiben. Incluso su labor es llevada a nuestra vecina Isla de Sacrificios, en donde se encuentran corrales para la atención y cuidado de diversas especies.

El personal administrativo, educativo y de atención al público complementan el equipo de colaboradores, cuyo único objetivo es atendernos para hacer de nuestra visita una gran aventura.

Agradecimos la amabilidad de nuestra guía, me vaciaron la cartera con los souvenir de los niños y nos retiramos llevando a casa el recuerdo, la emoción y la experiencia de conocer más de ese mundo tan poco entendido y tan fascinante como es el mar.